Richard Windows es Director Adjunto del “Sustainable Agronomy Service” de The R&A, donde lidera al equipo global responsable de “Championship Agronomy” y de los programas de “Sustainable Agronomy” en todo el mundo.
Con 25 años de experiencia en la industria del golf y el césped deportivos, ha trabajado en distintos climas tanto templados como cálidos en el Reino Unido e Irlanda, Europa, Australia y Asia, apoyando a algunos de los campos de golf más prestigiosos del mundo.
Su labor ha incluido campos que han acogido The Open y el AIG Women’s Open, así como torneos de golf amateur de élite como The Amateur, Women’s Amateur, Walker Cup y Curtis Cup. Desde 2005, ha desarrollado y perfeccionado operaciones agronómicas para campeonatos, siendo la 143.ª edición de The Open en Royal Portrush su 25.ª participación como agrónomo del campeonato.
Firme defensor del golf sostenible, Richard ha desempeñado un papel clave en la modernización de los enfoques agronómicos a través de la innovación, la colaboración y la toma de decisiones basadas en datos. Fue pionero en el uso de herramientas de medición objetiva en agronomía para golf, introducidas por primera vez en The Open en 2010, y es coautor de la “Disturbance Theory”, que aplica principios ecológicos para apoyar la conversión de especies vegetales en greens de climas fríos.
Actualmente, Richard sigue abogando por un futuro del golf sostenible y orientado a optimizar rendimientos, con el objetivo de inspirar y apoyar a los profesionales del mantenimiento de campos en todo el mundo para ofrecer condiciones de juego de primer nivel con el menor impacto medioambiental y económico posible.
1. Tras el reciente The Open, podría contarnos qué implica preparar un campo de campeonato desde el punto de vista agronómico? ¿Cuáles son las prioridades clave y cómo equilibran el acondicionamiento, los factores medioambientales y las expectativas de los jugadores?
Nos centramos fundamentalmente en dos áreas. La primera es la composición del césped en los greens. En los campos de The Open, nuestro objetivo es establecer una vegetación dominada por fine fescue (festuca rubra) y browntop bent (agrostis capillaris) en todas las superficies de putting. La proporción exacta varía según el campo, pero procuramos que estas dos especies predominen, lo que nos permite optimizar la firmeza, controlar la velocidad de los greens, mantener la uniformidad superficial y mejorar la calidad de la rodadura de la bola.
La segunda área es el perfil del suelo. Esto incluye una gestión precisa del contenido de materia orgánica, la mejora del drenaje superficial y el fomento del desarrollo óptimo de las raíces, lo que permite una reducción controlada de la humedad del suelo y da lugar a superficies firmes que premian un buen contacto con la bola.
Al fomentar sistemas radiculares fuertes, una estructura de suelo saludable y greens dominados por césped fino, conseguimos condiciones de juego de alto rendimiento con menores necesidades de fertilizantes, pesticidas y riego, haciendo el campo más sostenible.
2. Ha trabajado en varias ediciones de The Open en sedes icónicas como Royal Troon, St Andrews, Muirfield y Royal Liverpool. ¿Cómo adapta su estrategia agronómica a las características únicas, la historia y las expectativas de cada campo?
Seguimos un conjunto de directrices claras para preparar cada edición de The Open. Sin embargo, estas pueden adaptarse ligeramente según la arquitectura y las particularidades del campo. Por ejemplo, el año pasado en Royal Troon, los greens eran relativamente pequeños en comparación con, digamos, el Old Course en St Andrews. Por eso, ajustamos nuestros objetivos de firmeza en función del tamaño de los greens y del diseño del recorrido.
Algunos campos también están más expuestos a los elementos, lo que puede hacernos modificar los objetivos de velocidad de los greens, en función de las condiciones meteorológicas previstas.
Uno de nuestros principales objetivos es garantizar que la presentación del campo refleje las condiciones climáticas que preceden al campeonato. Si tenemos la suerte de contar con un periodo cálido y seco, queremos que el campo lo refleje: con superficies más secas, de aspecto natural, pero que sigan suponiendo un auténtico reto.
3. El equipo de agronomía de The R&A desempeña un papel global, prestando apoyo a campos de golf más allá de los campeonatos más importantes. ¿Cómo se aplican los conocimientos adquiridos durante The Open en el asesoramiento a clubes de todo el mundo?
La filosofía es la misma. La estrategia que seguimos para lograr las mejores superficies posibles en The Open es exactamente la que utilizamos al asesorar a clubes a nivel mundial.
El rendimiento es siempre el objetivo principal, pero buscamos alcanzarlo de manera sostenible.
Eso significa reducir al mínimo necesario el uso de agua, pesticidas y fertilizantes, manteniendo superficies de juego de máxima calidad, consistentes y atractivas tanto para socios como para visitantes.
4. De cara al futuro, ¿cuáles considera que son las principales tendencias o áreas de enfoque en agronomía de golf? ¿Hay innovaciones o prácticas que, en su opinión, marcarán el futuro de la preparación y gestión de campos?
Un foco importante será el uso creciente de datos y tecnología para informar tanto las tareas de mantenimiento diario como la planificación agronómica a largo plazo.
El control de la humedad del suelo se ha vuelto esencial. Ya sea mediante medidores portátiles –como el nuevo dispositivo de la USGA– o sensores enterrados, la capacidad de tomar decisiones específicas para cada green permite gestionar el riego con mayor eficiencia y maximizar el rendimiento.
La medición de las características de la rodadura de la bola – smoothness, trueness y velocidad de los greens– es otra área clave. Herramientas como el nuevo GS3 de la USGA proporcionan datos valiosos que indican si es necesaria una intervención concreta para mejorar el rendimiento sin aplicar productos innecesarios.
El análisis de suelos también ha evolucionado. Las pruebas regulares de laboratorio sobre materia orgánica, conductividad hidráulica y otros parámetros permiten a los responsables agronómicos tomar decisiones bien fundamentadas sobre recebos, operaciones de aireación y renovación.
Otra práctica prometedora es el uso de datos sobre la producción de restos de siega (clipping yield) para ajustar las aplicaciones de nutrientes, asegurando el crecimiento necesario para la recuperación sin excesos que perjudiquen el rendimiento o aumenten los insumos.
Por último, hay un enfoque creciente en iniciativas de sostenibilidad más amplias: fomentar la biodiversidad, apoyar los ecosistemas naturales y mejorar la experiencia del jugador a través de entornos más naturales. Iniciativas como el uso de maquinaria eléctrica o autónoma no solo reducen las emisiones de carbono, sino que también liberan tiempo a los equipos de mantenimiento para centrarse en labores más detalladas que marcan la diferencia en la presentación y el rendimiento.
5. ¿Qué riesgos existen para los clubes de golf que no adoptan prácticas agronómicas modernas ni estándares de sostenibilidad? ¿Cuáles podrían ser las consecuencias a largo plazo de resistirse a la innovación en estas áreas?
Es una cuestión clave. Todo lo que hemos comentado contribuye directamente a abordar los grandes desafíos actuales del golf: garantizar campos de alto rendimiento que valoren los jugadores, lo que a su vez impulsa la participación.
Pero ese rendimiento debe lograrse en un contexto normativo cada vez más estricto, especialmente en lo relativo al uso de agua y pesticidas. Además, el cambio climático está generando fenómenos extremos – sequías, tormentas, lluvias intensas y olas de calor prolongadas – que suponen desafíos significativos para el mantenimiento y la jugabilidad.
Aquí es donde entran las herramientas agronómicas modernas, el análisis de datos, la maquinaria eléctrica y autónoma, y las prácticas sostenibles que fomentan la biodiversidad y el uso eficiente de los recursos. Estas estrategias son clave para garantizar la resiliencia, reducir el impacto medioambiental y mantener los estándares de calidad que los golfistas esperan hoy en día – todo ello con visión de futuro.